Wednesday, May 2, 2012
Ensayo Libre: Un Reunión Informal con "Adán":
Sunday, April 8, 2012
La farmacología del MDMA (Éxtasis): sus efectos inmediatos y prolongados en el cerebro y el cuerpo
El MDMA o el éxtasis, llamado científicamente 3,4-Metilenodioximetanfetamina, es un compuesto químico que pertenece a la categoría de las “drogas de diseño:” unas sustancias psicoactivas que son sintetizadas en un laboratorio clandestino, cuyas moléculas son análogas en su estructura y función a las de drogas ilícitas. Hoy en día se discute la posibilidad de emplear el MDMA como un tratamiento terapéutico y medicinal en el futuro. Cuando cualquier droga se está considerando como un medicamento potencial, los beneficios que ofrece la droga en cuestión deben ser ponderados con los riesgos que presenta. Los adversos efectos secundarios—inmediatos y prolongados—son realmente el factor más importante en determinar si la droga es aprobada. Antes de analizar todos los efectos físicos y psicológicos del MDMA, es importante entender cómo es procesado por el cuerpo y cómo funciona en el cerebro a un nivel celular.
Farmacología: Información Antecedente
Los neurotransmisores son los mensajeros químicos que impiden, excitan, y facilitan la comunicación entre las neuronas, que son las células funcionales del sistema nervioso. Básicamente, una neurona libera los neurotransmisores en el espacio intercelular y se une a los receptores de otra neurona y les da el mensaje. Normalmente, ya que el mensaje solo tiene que estar transmitido por un tiempo, la comunicación entre las neuronas se regula a sí misma, mediante varios mecanismos diferentes. Primero, una enzima específica funciona como un paso limitante de la síntesis de cada neurotransmisor. Segundo, después de la liberación normal, cualquier neurotransmisor restante (que no se une con un receptor) es degradado por una enzima o recaptado por una proteína transportadora que lo toma del espacio intercelular y lo introduce de nuevo en la neurona. (Neuronas y Neurotransmisores).
Farmacología: El Mecanismo de Acción:
El MDMA, cuando se ingiere, es metabolizada en el hígado. Es absorbido en el tracto gastrointestinal, e inmediatamente después atraviesa la barrera hematoencefálica (Colado).
Cuando llega al cerebro, facilita una liberación de una cantidad inusualmente grande de los neurotransmisores serotonina, y también, en un grado menor, dopamina y noradrenalina. La serotonina está relacionada íntimamente con las emociones y el estado de ánimo. La dopamina está asociada con los mecanismos de recompensa, y la noradrenalina es importante para regular el nivel de agilidad del sistema nervioso (Boeree). El MDMA también “inhibe la actividad de la enzima triptófano hidroxilasa que es el paso limitante de la síntesis” (Farré et. Al). Además, el MDMA interfiere con las proteínas encargadas de recaptar la serotonina y la dopamina, a las cuales se les domina SERT o DAT si se trata de neuronas serotonérgicas o neuronas dopaminérgicas, respectivamente. Adicionalmente, el MDMA reduce la actividad de la monoamino oxidasa A, la enzima que descompone la serotonina, la dopamina, y la noradrenalina que se queda en el espacio intercelular. Finalmente, el MDMA actúa como una agonista de varios receptores incluyendo los receptores serotonérgicos. Es decir, se une con el receptor y lo estimula como si fuera un neurotransmisor de serotonina (Farré et. al).
Efectos Inmediatos:
Los efectos buscados de tomar el éxtasis e inducir en uno mismo los procesos bioquímicos discutidos antes incluyen, según Farré et al., las sensaciones de “euforia, bienestar y placer” y “los usuarios refieren la inducción de un estado emocional positivo, agradable, que se caracteriza por un aumento de la empatía y la capacidad de intimar con los demás.” Debido al hecho que es un estimulante, aumenta la energía y disminue el sueño y el apetito. No es una afrodisiaca pero parece que aumenta la sensualidad—quizás debido a la “hipersensibilidad sensorial (frecuentemente de tipo táctil)” (Farré et. Al). Posibles efectos corporales incluyen, pero no son limitados al “incremento de la presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca, náuseas, escalofríos, sudoración, sequedad de boca, hipertermia, bruxismo (castañeteo de dientes) y aumento de la micción” (Colado). También se han reportado efectos no deseados como depresión, ansiedad, ataques de pánico, paranoia y alucinaciones visuales, todos los cuales pudieran persistir o reaparecer durante días o semanas. La hipertermia (el aumento de la temperatura corporal) es el mayor riesgo del uso recreativo del éxtasis. La mayoría de las muertes asociadas con la droga se atribuye a esta condición. La hipertermia a su vez podría conllevar complicaciones toxicológicas graves, por ejemplo la coagulación intravascular diseminada (que provoca hemorragias generalizadas y necrosis hística) o varios tipos de hemorragias cerebrales (Colado).
Efectos Prolongados Probados:
Muchos estudios han confirmado que el MDMA daña los axones—las ramas conectivas—de las neuronas serotonérgicas. En un estudio en particular, que es representativo de muchos, una dosis neurotóxica del MDMA fue administrada a unas ratas y unos monos. Tras una semana, se observó la alteración de los axones. Tras una regeneración que fue máxima a los 3-6 meses, se observó la formación de nuevas ramificaciones anómalas de los axones cortos, pero los axones largos nunca se regeneraron—aún después de 7 años en los monos. “Además, en los individuos abstinentes de MDMA se ha observado un incremento en la densidad de receptores [serotonérgicos] debido probablemente a una marcada reducción del contenido de serotonina cerebral inducido por la MDMA” (Colado.) Adicionalmente, los niveles del ácido 5-hidroxi-inol acético, un producto del metabolismo de la serotonina, es disminuido en consumidores del MDMA. Este efecto en particular “es más pronunciada en mujeres (46%) que en hombres (20%) (Colado).
La Controversia sobre los Efectos Prolongados:
Algunos expertos dicen que la investigación que afirma probar que el éxtasis daña el cerebro no es concluyente, y que es usado para informar mal y controlar al público. En un artículo que fue publicado originalmente en New Scientist en 2002, David Concar y Claire Ainsworth admiten que están de acuerdo que “los consumidores realmente persistentes incluso se arriesgan a sucumbir a una “poda” , en la cual las fibras nerviosas más gruesas de la serotonina en el cerebro se marchitan y son reemplazadas por haces de fibras nerviosas más cortas y delgadas.” Pero ellos también dicen que los resultados de unos estudios que se han publicado son defectuosos y usados para demonizar la droga en los ojos del público.
Para empezar, se refieren a un estudio hecho por el equipo de George Ricaurte en el año 1998. Ricaurte inyectó a “14 personas que habían consumido éxtasis una media de 100 ocasiones con sondas químicas diseñadas para adherirse a los transportadores de la serotonina.” Luego, los escaneó con una Tomografía por Emisión de Positrones. “Cada vez que una de las sondas llegaba a su término emitía un detectable pero seguro brillo radioactivo.” Como se había previsto, “los escáneres de los sujetos de control estaban vivos y con color, los de los consumidores de éxtasis tenían un aspecto apagado, sin brillo y oscuro.” El gobierno norteamericano procedió a usar los escáneres como evidencia para advertir de los peligros del éxtasis por la televisión, junto con aumentar las sentencias para los delitos del éxtasis. Pero el estudio fue criticado porque no tomó en consideración que los sujetos podrían tener variaciones naturales en sus niveles se serotonina. Además, desde 1998, ha sido probado que “sólo el cerebro medio, el tálamo y el estriato tienen suficientes transportadores de serotonina como para dar lecturas fiables. Ninguno de los estudios sobre el éxtasis se centró en estas estructuras.” Los escáneres solo se enfocaron en el córtex cerebral (Concar y Ainsworth).
Concar y Ainsworth también dicen que los diarios que publicaron los estudios eran conservadores, prejuiciados y parciales, y no publicaron estudios como el de Andrew Parrot de la Universidad del Este de Londres. Parrot y su equipo “constataron que los consumidores de éxtasis obtenían mejores resultados que los no-consumidores en pruebas en las que se les requería que rotasen formas geométricas complejas mediante su visualización mental.” Los consumidores de éxtasis sí parecían tener peores resultados en pruebas de aprender nueva información verbal, pero aún así sus resultados fueron “dentro del espectro de lo que se considera normal.”
Otro estudio más recientemente, hecho por un equipo de la Escuela Médica del Colegio Imperial de Londres, evaluó la memoria, la fluidez verbal, y la rapidez de pensamiento de tres grupos diferentes: uno que había utilizada drogas, otro que sólo había utilizaba el cannabis, y otro que había utilizada el cannabis y el éxtasis. “En término medio, el grupo de ‘no-drogas’ obtuvo los mejores resultados. Pero los consumidores de cannabis no obtuvieron mejores resultados que los consumidores de [éxtasis y cannabis.]” Así, se plantea la cuestión, ¿es el éxtasis el problema principio? O ¿es el cannabis, “una droga que la gente a menudo fuma para ‘bajar’ del viaje de éxtasis?” (Concar y Ainsworth).
Además, quizás debemos considerar hacer más investigación sobre los fármacos que son legales y que tomamos sin pensarlo dos veces—mientras estamos gastando millones de dólares para buscar evidencia que tomar éxtasis causa daño bioquímico al cerebro. En los años 80, Ricaurte descubrió que fenfluramina, una píldora adelgazante que millones de personas tomaba a diario, tenía un efecto sorprendentemente similar en animales al efecto que tenía el éxtasis. “Pero mientras que la neurotoxicidad del éxtasis desencadenó la acción gubernamental, la fenfluramina fue dejada de lado” (Concar y Ainsworth).
Todo eso demuestra que todavía hay mucho que no sabemos sobre los efectos del éxtasis en el cerebro, y más investigación debería hacerse antes que conclusiones fiables se hagan y se presenten al público con tanta seguridad. El público debe ser escéptico y inteligente cuando esta consumiendo información de los medios de comunicación/del gobierno. Pero una cosa es segura: hay riesgos de consumir el éxtasis, especialmente recreacionalmente, en dosis grande, junto con otras drogas. Consumes éxtasis “semana sí semana no y la fina estructura de tu cerebro no volverá a ser la misma” (Concar y Ainsworth).
Citas Notadas:
Boeree, Dr. C G. "Neurotransmisores." Psicologia. Departamento De Psicología Universidad De Shippensburg. Web. 16 Mar. 2012.
Colado, MI. "Éxtasis (MDMA) Y Drogas De Diseño: Estructura, Farmacología, Mecanismos De Acción Y Efectos En El Ser Humano Colado." EL Sevier. Publicado Orig. En Trastornos Adictivos. 2008;10:175-82. - Vol.10 Núm 03. Web. 1 Mar. 2012.
Concar, David, and Claire Ainsworth. "Éxtasis En El Cerebro." Societat D'Etnopsicologia Aplicada I Estudis Cognitius. Trans. Isabel S. Doval. Orig. Publicado en New Scientist (20 June 2002). Web. 1 Mar. 2012.
Farré, Magí, Pere N. Roset, Rafael de la Torrre, Sandra Poudevida, Cándido Hernández-López, Ana María Peiró, Esther Menoyo, Isabel Sánchez, Jordi Camí. “Farmacología Clínica de la 3,4-Metilenodioximetanfetamina (MDMA, Éxtasis)” Unidad de Farmacología, Institut Municipal d’Investigació Mèdica (IMAS-IMIM), Universitat Autònoma de Barcelona, Universitat Pompeu Fabra. Web. 1 Mar. 2012.
Monday, March 12, 2012
La Investigación sobre el Éxtasis como tratamiento potencial del Trastorno de Estrés Postraumático:
Para mi ensayo de reseñas, escogí el subtema del trastorno de estrés postraumático, (TEPT) y los ensayos clínicos que se han hecho hasta el momento sobre si pudiera ser tratado con la MDMA (el nombre científico del éxtasis). Este trastorno es muy común entre excombatientes del ejército en los Estados Unidos, pero también afecta a sobrevivientes de otros traumas, como las mujeres violadas o las víctimas del abuso violento. En la actualidad, no existen muchos tratamientos para este tipo de dolor.
Mi primera fuente, “Sanidad autorizada un ensayo con ‘éxtasis’ para terapias de Violadas,” describe el dolor del TEPT como un “embotamiento afectivo.” Esta fuente, que encontré en el sitio web elpais.com, habla de un ensayo clínico en España, que fue aprobado por el Ministerio de Sanidad para investigar la efectividad del éxtasis en facilitar la psicoterapia con pacientes del TEPT. Dirigido por José Carlos Bouso, el ensayo clínico se enfocó específicamente en las mujeres violadas que tenían el TEPT crónico y que no habían respondido a tratamientos alternativos. El artículo describe unos síntomas del TEPT (la re-experimentación, la evitación, y la hiperexcitación), y dice que el éxtasis “aumenta la empatía (la relación con los demás) y el contacto con el interior.” Presenta la perspectiva de Bouso, que “los resultados hasta el momento, aunque sin significación estadística, son positivos.” Pero también menciona un argumento de Vasco Enrique Echeburúa, un catedrático de la Terapia de Conducta, quien reconoce que “podría abrir una vía si se demuestra eficaz en mujeres que han fracasado en otro tratamiento,” pero “duda de que se necesite alguna droga para ayudar.” Él dice que un 80% de las mujeres responde a un tratamiento de dos meses sin éxtasis. No es muy claro a cuáles mujeres se refiere—no son las del estudio de Bouso.
El artículo fue publicado en la sección de Sociedad de la edición empresa de El País, un gran periódico español, que fue establecido en el año 1976 y comenzó a ser publicado electrónicamente en el internet en el año 1996. El País también es imprimido y distribuido en su «edición global» en Latinoamérica, y pertenece al grupo PRISA, el mayor grupo mediático de España. Eso sugiere que es relativamente confiable. No es un artículo académico, pero el periódico tiene una reputación establecida como una fuente de noticias mundial.
El propósito del autor de esta fuente, Rafael Méndez, es reportar e informar al público sobre el desarrollo de las leyes sobre los ensayos clínicos como este. Méndez mantiene un punto de vista objetivo, como es de esperar, como periodista de un periódico de prestigio. Me parece que esta fuente es muy útil porque fue escrita con suficiente profundidad de modo que la audiencia, la gente común, puede tener una buena idea del tema—incluye información sobre unos síntomas del TEPT, cómo Bouso trata a las mujeres en el ensayo, y cómo el éxtasis podría aumentar los efectos de la terapia.
Mi segunda fuente, “¿El Éxtasis se Empleará en Psicoterapia?” incluye un poco de la historia que tiene la MDMA en el campo de psicología. “MDMA fue empleado como una droga terapéutica a finales de los 70, aunque existía poca evidencia científica de su efectividad. A finales de los 80, la droga comenzó a ser producida de forma ilegal y consumida de manera social llevando a que fuese prohibida antes de que pudiesen realizarse más pruebas humanas.” Pero la mayor parte del artículo es sobre otro ensayo clínico en los Estados Unidos, dirigido por un psiquiatra e investigador clínico quien se llama Michael Mithoefer. En Carolina de Sur, Mithoefer hizo un experimento que se parecía a el de Bouso. Los dos ensayos involucraron administrar la MDMA a un grupo y un placebo a otro; ambos grupos recibieron terapia. Los dos incluyeron mujeres víctimas de abusos sexuales, pero el de Mithoefer también incluyó excombatientes que sufren del TEPT. Uno de los excombatientes que participó en el ensayo, un ex-ranger del ejercito norteamericano, es citado en el artículo diciendo que su experiencia “fue como años de terapia condensados en horas.”
A diferencia de la primera fuente, esta fuente incluye números concretos de los resultados. “De los 12 participantes que recibieron MDMA, 10 mostraron una mejoría en su condición... comparados con solo dos de los ocho participantes que recibieron placebo.” Sin embargo, esta fuente reconoce la crítica a la que están sujetos investigadores (como Mithoefer) que están trabajando con la MDMA. “Varios investigadores independientes se mostraron contrarios a emplear MDMA de manera terapéutica, notando la gran cantidad de casos de abuso de drogas que existen entre los pacientes de psicoterapia.”
Este artículo fue publicado en un sitio web llamado ojocientifico.com. Ojo Científico es parte de Socialea, “una startup con sede en Uruguay compuesta por jóvenes de todo el mundo dedicados a la creación de proyectos en Internet.” Socialea crea “sitios y comunidades de contenidos temáticos en torno a intereses de entretenimiento e información” (Socialea.com). Ojo Científico es una de estas comunidades. Es un sitio comercial donde la gente común puede publicar artículos, pero tiene que solicitar una invitación por correo electrónico para registrarse como escritor. Es menos confiable que un sitio de un periódico, pero me parece que el equipo que recibe las solicitudes mantiene el sitio web, escoge cuáles artículos deben estar en la portada, y revisa el contenido al menos un poco. El artículo también incluye un enlace a otro artículo (en inglés) sobre el estudio a que él se refiere, y eso aumenta la credibilidad.
Entonces, el propósito del autor, James Rocaforte, es contribuir a esta comunidad de compañeros que comparten un interés en la ciencia. Pero también hace un comentario sobre su opinión al final del artículo: “Personalmente espero que si se verifican estas conclusiones que el MDMA pueda ser empleado de forma terapéutica y con los controles adecuados para beneficiar a todos los que lo necesiten.” Teniendo en cuenta la extensión del artículo, es bastante profundo. Presenta los hechos importantes e incluye unos detalles interesantes como los resultados del estudio y el relato personal—a pesar de ser corto—de un excombatiente.
Mi tercera fuente, “EEUU aprueba un ensayo clínico que investigará el uso médico del éxtasis,” es la más larga y confirma muchos hechos básicos sobre los dos estudios descritos en las otras fuentes. Además, esta fuente presenta interesantes detalles suplementarios, como el hecho de que “tanto Bouso como Mithoefer subrayan que el uso incontrolado y durante largos periodos de tiempo de esta droga es peligroso.” También revela que el estudio de Bouso fue paralizado por las autoridades en el año 2002, poco después de que la publicación del artículo de El Mundo, y antes que Bouso pudiera terminar su experimento. También hace una referencia a un investigador, Ricaurte, que afirmó que los resultados de su estudio sugerían que “una dosis de éxtasis era suficiente para provocar afectación neuronal, pero más tarde se descubrió que no se había empleado MDMA, sino otra sustancia más tóxica.”
Esta fuente es quizás la más útil. También resume cómo funciona la MDMA en el cerebro—“impulsa la producción de la serotonina, sustancia cerebral que se encarga de la estabilidad emocional, produciendo una sensación de euforia. El aumento de serotonina implica también una reacción sobre otros neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina.” Incluye con esto una ilustración del éxtasis en el espacio intercelular, usurpando el lugar de un neurotransmisor de serotonina en su receptor, (ambas estructuras tienen la misma forma.)
Esta es la única fuente que es tan profunda que describe el origen del éxtasis. Según ésta, Merck (una empresa farmacéutica mundial) lo patentó en 1913. Después fue olvidado hasta Alexander Shulgin, un químico de la compañía Dow Chemicals, lo redescubrió en los setenta. Él lo probó en si mismo y compartió su descubrimiento con un amigo psiquiatra. Como resultado, la MDMA era administrada a pacientes entre 1972 y 1985 como parte de sus tratamientos de terapia, hasta los ochenta cuando “traspasó la medicina hacia el mundo nocturno” y por eso fue prohibido. Finalmente, esta fuente emplea una buena metáfora para el éxtasis terapéutico—lo llama un “bisturí psicológico.” Eso es debido al hecho que los pacientes con el TEPT “viven atormentados por las imágenes del trauma” pero “no son ni siquiera capaces de hablar de él, algo fundamental para superarlo,” y el éxtasis “disminuya el miedo y la ansiedad a la vez que facilita el acceso a experiencias emocionales duras.”
Esta fuente final fue publicada en la sección de Ciencia en El Mundo, el segundo periódico de mayor tirada en España y el mayor periódico digital. El Mundo pertenece a la compañía editora Italia, RCS MediaGroup, y tiene ediciones Madrid, Andalucía, Baleares, Barcelona, Castilla y León, C. Valenciana, Galicia y País Vasco. El fundador y editor actualmente de El Mundo, Pedro J. Ramírez, es una figura pública. Todo eso indica que la fuente tiene suficiente credibilidad, y el propósito del autor, Angela Boto, es probablemente reportar la información más precisa. La audiencia es la gente común—los lectores del periódico.
En conclusión, las fuentes primera y última son las más similares en estilo—las dos son artículos de periódicos. Pero las primeras dos fuentes tienen el contenido más similar—las dos resumen hechos similares de estudios similares. La tercera fuente es la más completa: incluye hechos que las otras dos incluyen, además de complementarlos. Podría bastar como la única fuente.
Citas Notadas:
Boto, Angela. “EEUU aprueba un ensayo clínico que investigará el uso médico del éxtasis.” El Mundo. 27 Feb. 2004: 45. Web. 08 Feb. 2012.
Rocaforte, James.“¿El Éxtasis se Empleará en Psicoterapia?” Ojo Científico. 19 Julio 2010. Web. 08 Feb. 2012.
Friday, March 2, 2012
Pregunta de Opinion
El éxtasis es una droga usada por muchos de forma recreacional. A los jóvenes en discotecas les encanta porque proporciona un aparentemente interminable suministro de energía para bailar, aumenta el estado de ánimo, e intensifica las sensaciones físicas.
Qué opinas sobre el uso medicinal del éxtasis para facilitar psicoterapia, luchar contra el cáncer, tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinsons, o aún aumentar la empatía de los autistas? Piensas que es una buena idea o no y por qué? Crees que está relacionado al uso médico de la marijuana? Crees que se puede compararlas?
Thursday, February 16, 2012
El Éxtasis para Aquéllos en Agonía?
La droga MDMA, (3,4-metilendioximetanfetamina) más conocida como el éxtasis, es famosa por ser una droga de fiestas. A los jóvenes en discotecas les encanta porque proporciona un aparentemente interminable suministro de energía para bailar, aumenta el estado de ánimo, e intensifica las sensaciones físicas. Pero no es ese aspecto el que me interesa para investigar. Lo que me fascina es el potencial poder curativo que tiene la MDMA, y como pudiera ser usada como recurso terapéutico. La investigación reciente sobre el éxtasis—como una cura, un tratamiento, o un recurso para varias enfermedades psicológicas y físicas—sigue creciendo. Mi segunda concentración, además del español, es la psicología. Algún día, si tengo suficiente fluidez en español, quiero combinar mis dos pasiones y hacer terapia en español con hispanohablantes. En el futuro, es posible que la MDMA desempañe un papel medicinal en el campo de la psicología. Entonces, aun si nunca hago ningún trabajo con el fármaco en sí, creo que vale la pena investigar este tema en la clase de español para familiarizarme con algún vocabulario de psicología en español.
El uso terapéutico de esta droga psicotrópica es una idea nueva, que está en las primeras etapas de la investigación, y por eso está controvertida e inconcluyente todavía. Me pregunto, ¿como pueden investigar los efectos de la MDMA, mucho menos publicar los resultados de sus estudios, si es ilegal en todas partes? ¿Es legal administrar la droga en ensayos clínicos para hacer la investigación? ¿O es legal en algún otro país? ¿Esta siendo investigado en Europa o Suramérica? Incorporaré estas preguntas en un ensayo sobre la historia de la droga, la investigación que se ha hecho hasta el momento, y las leyes actuales en los E.E.U.U., Europa, y Sur/Centroamérica sobre estos experimentos.
De los trastornos psicológicos que están siendo tratados experimentalmente con la MDMA, el trastorno por estrés postraumático (TEPT) es el más común. Otras enfermedades que son candidatas hipotéticas para ser tratadas con la MDMA incluyen algunos tipos de cáncer, la enfermedad de Parkinson, y el autismo. Con estos trastornos físicos, prolongados y/o terminales, quiero saber si la MDMA sería útil, y cómo. ¿Curaría todos estos trastornos o solamente ayudaría a los pacientes con los síntomas? Con qué frecuencia se necesitaría tomar la droga, por cuánto tiempo, y con cuáles efectos secundarios? Sería difícil nombrar todos los efectos secundarios, mucho menos declarar que no hay ninguno, porque la investigación solo comenzó recientemente. Quién sabe cómo los sujetos experimentales van a sentirse dentro de treinta años.
Voy a dedicar uno de mis siguientes ensayos al TEPT, y quizás incorporaré otros trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión que pudieran ser tratados con la MDMA. Según un artículo que vi, la MDMA podría ser una droga efectiva para facilitar la terapia para estas enfermedades asociadas con el traumatismo porque activa las hormonas en el cerebro que ayudan con estimular las emociones, y aumenta la actividad en la corteza prefrontal—donde procesamos el miedo y el estrés (“Éxtasis Para el Tratamiento”). También estoy curiosa si es útil el fármaco con terapias de pareja, con individuos que sufran de trastornos de la imagen corporal, y con víctimas del abuso sexual.
También hay nueva investigación sobre los beneficios de esta droga psicotrópica para algunos pacientes de la enfermedad de Parkinson, el cáncer, y el autismo. Un artículo que examiné brevemente dice que unos investigadores británicos han desarrollado una versión de la MDMA que podría ser 100 veces más eficaz que la droga recreativa en luchar contra el cáncer (Redacción). Otro artículo dice que el éxtasis podría aumentar la sensación de empatía en la gente autista, y podría ayudar con la comunicación con ellos (“El Éxtasis Y La Empatía”). Enfocaré uno o dos de mis ensayos en los efectos que tiene la MDMA en las enfermedades antedichas.
Obviamente, el éxtasis ha sido y sigue siendo muy abusado y potencialmente peligroso. Siento que es importante investigar los riesgos asociados con el uso recreativo del éxtasis, los muertos que han resultado del éxtasis, y si hay algunos efectos cognitivos prolongados de usarlo—como fármaco recreativo o terapéutico. También quiero aprender del proceso químico que ocurre en el cerebro como consecuencia de tomar éxtasis, y los cambios biológicos que experiencia el cuerpo.
La posibilidad de que una droga recreativa, y potencialmente perjudicial, tenga algún poder curativo presenta una paradoja que me fascina. No espero que me llegue a una respuesta concreta después de terminar mi investigación, porque parece que no existe ninguna respuesta todavía. Nadie puede saber por seguro ahora si va a ser un gran éxito o un craso error. Si la MDMA resulta ser una buena medicina, podría presentar una nueva esperanza para mucha gente que esta sufriendo de las enfermedades antedichas, y quizás de otras que aún no han sido descubiertas. Sin embargo, una droga tan fuerte como la MDMA podría presentar efectos secundarios o complicaciones graves. Pero es importante que descubra si es un buen recurso, y si no lo es, que descubra eso también—con la mayor brevedad posible.
Citas Notadas: